A ello exactamente huele. Están
los que se sientan en la Habitación
y brotan la sinergía de un pantano
por las yemas de los dedos. Huele así.
A humedad [y a chiste].
Nos crecieron traduciendo cada letra de canción.
Lo endecasílabo no grita igual
por mucho que lo rompas, tuerces, gesticules
o mastiques. Pero ahora cuento sílabas
como casquillos.
Es la única manera. Ser tan obvio que conviertes
tu versión en tu parodia
[nadie te saluda hacerlo].
Y han pasado veinte años: duele cuando pienso en ti.
Tú grábame esta lástima en el cráneo.
En la cara interior del hueso.
Coge mi cerebro, habítalo. Reseca este pudor
que a página perpetua huele.
Busca el giro conveniente del tambor.
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