lunes, 31 de diciembre de 2012

EL QUE MANDA

No es que yo pretenda ser verídico, pero se trataba de la novia de uno de la peña de los bares y estudiaba primero de Medicina y empecé a hacerle el favor de ir a buscarla los días que salía de hacer prácticas de la sucursal docente justo enfrente de la Facultad de Ciencias de la Información —que ya llevaba demasiado tiempo sin pisar por cosas del trabajo y otras perezas— y luego nos íbamos a coger el tren a Nuevos Ministerios y durante todo el trayecto ella no dejaba de hablarme de los cadáveres que usaban y de sus compañeros siempre a punto de potar y a veces me ponía a oler su bata impregnada de formol y creo que esa peste ha sido lo más cerca que me he visto nunca de la muerte como hecho

jueves, 27 de diciembre de 2012

BEAT BOY

Mis costumbres como la metálica sintaxis de una base
asaeteada hablando mierda y flujo en la tarea
que inaugura este dejarlo atrás, oh, ser un comerciante
florecido en la metástasis heroica que nos ciñe
a los amantes buscadores de la muerte nuestra:
pentatónicas [y a veces más dodecafónicas que sierpe]
escalas dedicadas con cariño sumo a los pajeros
reincidentes hechos barro y prieta falda
que conoce las diez formas antológicas de ser plisada
en una foto donde riñése a angustiada adolescente
por tenerse en garfio de prosopopeya escandalosa. Je.

miércoles, 26 de diciembre de 2012

SEÑAL Y COPYRIGHT

La pictórica cobarde del insomnio machacaba
a Charlie Baudelaire balanceándose entre las parisinas
gárgolas y el néctar de los homicidas. ¿Los archivillanos?
¡Qué gandules! Huyen del tesón del fuego referido
a una intrincada pose negra de navajas y grilletes...
Charlie les acosa con el corazón de un dálmata
sediento [heraldo de pureza incestuosa] y habla
[me habla a mí] del riesgo de crecer absorto y cotidiano,
preso en torniquetes cada uno de los cuales
es la única explosión legible que se admite por el Siglo.
Hemos de seguir aquí, lamenta en la cornisa acuclillado
desde dónde debe planear, a ciencia cierta,
a otra cornisa y crudo, muy crudo, desascender:
no hay más remedio [es poesía] ante el muñón
que se concede como asfalto y pusilámine secreto.

lunes, 24 de diciembre de 2012

MAL LLAMADO "MISMO"

Veamos. Lo que «sucede», se «sucede» así: desde mil novecientos setenta y ocho y cada cuatro de abril de cada diecisiete años, el alcalaíno Barrio de Venecia es inundado por el río Henares, que proclama el nacimiento de su encarnación terráquea con una procelosa «sucesión» de vísceras acuáticas lamiendo las calles sin que ingeniería humana alguna pueda remediarlo: ni en el setenta y ocho, cuando el barrio apenas era un descampado, el noventa y cinco, con el paseo y los desniveles trazados para apartar las aguas de las casas o el dos mil catorce, con diez lunas negras atrancadas perperdicularmente en su orilla más abierta, en vano.

viernes, 21 de diciembre de 2012

WHATSAPP

Estábamos con el sigilo irrenunciable de los ismos
cuando el transparente mazo dio su hora
al honorable Doktor y chapoteé en el jugo
de los globos oculares, del cerebro como unos dibujos
animados fracturados a la altura de las cervicales...
¡Cuánto amasteis al Pelícano de Maldoror! Yo tomo nota.
Escribo esta milonga hueca que alguien tiene
que desbaratar: hoy sangran mis axilas, sí,
mañana pueden ser las vuestras. Lo recuerdo entero,
lo recordaré [más propiamente hablando] mientras raspe
la genealogía intrusa de los asesinos o la mierda
sonriente [emperatriz de los emoticonos]
se me tergiverse atroz y encandilada por los humos
del teclado con el que a vosotros me encomiendo y os confío.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

THE SAVAGE LAND

Satanás combate a un Dinosaurio
enfermo de la satiriasis más
cretácica y febril con la que nuestro
jóven lector pueda, si eso,
empatizar alguno de estos días:
veo a Satanás [sus alas] revertir
al estadio evolutivo de los filos
mientras Milton satisface a William
Blake y viene aquí un humor impropio
para la secuencia tensa que trataba
de orillar [con un imaginario
divergido entre los pterodáctilos
y la discografía entera del amigo Mascis:
tú ya sabes, nos enhebras la guitarra
en las lianas y a bregar] pues rigen
ya proféticos los antifaces
y señuelan las nieblas de la Perpetuidad.

lunes, 17 de diciembre de 2012

CREEPING COASTLINE OF LIGHTS

Tras la perpendicular va el hielo, brama el impasible
negociante del milagro: un niño de colmillos
[es colmillo cada codo, cada párpado de su sentencia]
va en persecución de los tres Magos y supura
los pecados que me hará regurgitar en el poema
mientras caen evangelistas de mil ojos hechos pan.
¿Quién nos prepara? ¿Somos recipientes de la hez
de Dios [el Megaterio de la Espléndida Sabiduría
accidental] y nos sentamos constriñendo el cáliz
del pulmón del crooner que el invierno invita
a convocar? Por decir algo. La gramática
habitante de derrotas es numérica y muy rencorosa,
no olvides al verdugo: brizna de cadáveres tan poderosos
que no había otro remedio. Escucho
ya acatarse la mortífera, la libre asociación de ideas
[todo lo que duele es épica y busco su luz,
un lánguido sulfuro] en lo que fueron las ciudades
corrompidas por el Salmo que echa a andar
hacia el perplejísimo Occidente que le resta.




domingo, 16 de diciembre de 2012

MECHA/TESLA

Vete a oír la confesión del Gran Lagarto Quincuagésimo.
Véncele con tu armadura de sesenta mil
pies cúbicos de envergaduras. Europa se aburre
nos anuncia el tráiler navideño de los cientos de reválidas
de ciudadanos inocentes [se le vetará como al tarot
y los ladrones que viven ahorcados del tobillo]
entre páginas sesgadas por el acto funcional
que inscribe mi sarcasmo... Lleva el fuego
a la sanción de la partícula y destrenza el átomo
funambular de Tokio tras la cámara firmando
el epicentro de todos los trueques a que asistes
con olfato levemente alquímico. Libre de usuras.
Prometiendo la inmortalidad o la corriente alterna
si hace falta el mecenazgo estéril de los que subsisten
o que dicen [mejor dicho] subsistir a la hecatombe
trasladando su hemorragia de un lunar a otro
[de una arteria a su sutura]. Que afiladas vértebras
al aire son lo único que forma la Nueva Corona
y es el seco fondo del espejo lo que imprime
la nostalgia a la cabeza y el mordisco abandonado
en el que nadie de los nuestros se tendría que reconocer.



jueves, 13 de diciembre de 2012

GÖTTERDAMMERUNG

No me gustan las palabras buenas. Las palabras
de costumbre. Las dulzones y limadas como los trayectos
en los taxi que te llevan de un amor a otro
como si trataran de gesticular algún perdón
o establecer las moralejas de crisis de los cuarenta
o te preguntaran, llanamente, para qué decir tus cosas
[y a la vez te contestaran con himnos
milésmos de nuestra obviedad civil patrocinada].
Somos débiles y exactos. Lo contrario
es lo se puede llamar literatura [y es que hay
obligación de hablar de letras y no de cartílagos,
eczemas o este demasiado vivo insomnio
que ya no deja ni que se me levante] si
llegamos a esa sobremesa de los titulares
y glaucomas de ingenioso autoerotismo tan teórico-
convexo. ¿Ahí me ocurrirá? ¿Las pavorosas,
putrefactas, primordiales buenas intenciones?
¿Ahí me alcanzarán? ¿Me harán de fuego y de cochambre,
un animal que ladra en la contraportada
y se me afirma muy comprometido
con el tiempo manual de la derrota [que no es tal:
es que se acabe la farlopa en el lavabo
o nadie encuentres que te pase un piti
y no te invite a su tribuna del domingo]?
Yo te brindo que no tengo nombre porque puedo
permitírmelo [este fallecer del chulo] y algún día
me arrepentiré del todo. ¿Qué más da? Las buenas
se consumen siempre igual en el anclaje del casquillo
si no hay nadie que quiera mirar al otro lado.


miércoles, 12 de diciembre de 2012

EL DIOS DE LA GENTE QUE ODIO

El Dios de la gente que odio es caverna
y puntuación. Extracto, más que destruido.
Instante que revuela el celo de las alimañas.
Por entonces gime el acto irrevocable
del hacerme a ti en una pura ecuación de rock
n' roll y abismo [nunca supe hacerte a mi]
como las broncas de los hórridos discípulos
que acudían a buscarte al instituto
y la camiseta de tu novio goth en liza
frente a mi katana sísmica que no quisiste hurgar.
Me jodan. Toca hacer memoria y tiroteo
porque en estos versos son sinónimos
y, en cierto modo, te guardo cariño [aún
sin tener ninguna idea de lo que habrá sido
tu vida desde ahí] lo suficiente para simular
que vas a leerme esto y que sabrás reconocerte
bajo los estratos de muchachas y muchachos
contra los que edifiqué mi vida y sigo ahí.


martes, 11 de diciembre de 2012

OZ

Lo que más sorprende, con frecuencia,
es el cansancio. En la crucifixión, su trémolo
descenso para ser finalizada y los pigmentos
atascados en barniz de incendio. Debo estar,
en cambio. Es lo que toca [otros vendrán
que te harán bueno]. Miro al Cristo
y siento la perplejidad y la predilección
de Dorothy por el espantapájaros.
Yo no hago chistes: simplemente
que te asomes al abrigo del pincel pretérito
y preguntes sólo cuánto tiempo hacía falta
para coagular el oro en las baldosas milenarias,
sólo el Orco del anacronismo de esas armaduras
de los centuriones que soportan tu mirada
señalándose el costado. Dítelo: estoy muerto.
Pero soy el más valiente, el más sagaz, el más
ruidoso al reventar mis engranajes y su óxido
darse a brotar paralelismos y verónicas
que criban toda la ocasión para el añico.


lunes, 10 de diciembre de 2012

DAVID WALLACE WILL HAVE HIS REVENGE IN CLAREMONT

Quieren sus vidas calmadas como el ático que aloja
al depravado en las películas direct-to-video
que ahora hago encajar en estos versos retorciendo
la pronunciación del canto, y me preocupan:
son muchachos y muchachas agradables, no merecen
una estática clonada desde el fondo de los nervios
que aún nos quedan por sajar. Acaso dentro de diez meses,
si se insiste, serán balas las que les reciban a la vuelta
de la enésima presentación de hartazgo más novísimo,
pero es que justo se trata de jamás llegar a ello...
Hay que escribirles cartas, teletipos, negros cuajos
de mensajería que les saquen de su error, gritarles
que los ultrarreinos no reclaman nada ni las naves
surcarán el grumo de las eras para consolar
a quien no apuesta por el hielo vigoroso que hace enhiestas
a las falsas pollas de los ángeles [lo digo
por si me pedían un ejemplo de arrullar en nota al pie]
o los invencibles chapoteos de la pátina disuelta
del lenguaje puesto en pie y tan mudo y sordo y vigoroso.


UNA LECTURA DE HUGHES

Le dijo el zorro: «Es suficiente, nos estás destruyendo»
cuando su pelambre se encendió con las partículas
de queroseno que algunos confunden
con las leyes de la Astronomía
y pagarán altísimo precio por ello,

puesto que ha hallado insólita el rubor su muerte
sobre la encuadernación del libro en que leí
este testimonio, aunque imagino a un dios de lata
desmembrándose en el maletero
aquella misma noche tan reciente contra el salmo,

y pudo ser también la sola traza del comienzo,
el sueño ametrallado entre canicies
de los osos últimos que tienen el tamaño de la sangre
derramándose por la pupila cierta,
igual que la de un niño renunciado por su padre

que ya muestra los tobillos bien deformes, mas subsiste
a base de partir gusanos abisales
y viajeros incautos de camino a la carencia
en dos mitades con su pico, hecho de brea
aplicada con generosidad al rostro y triturada

la mejilla hasta hacerle adoptar la forma
de los pírricos hongos atómicos
que aprenderá si acaso a acariciar como una piel
del mundo, que no es en absoluto propia,
sino del lugar más alto de la selva traducido

por el riachuelo y lo voraz del hombre perro,
el hombre cierzo, el hombre a secas
retratándose a sí mismo con zureo
y páginas de daga en cada atroz penumbra
entre los tronos donde se sorprende echar de ver.

sábado, 8 de diciembre de 2012

STORMFRONT

Los hermanos fueron muertos por la métrica del Blanco
[entiéndase por Blanco la pesada luz, la tonelada
perpendicular del Sol nublado sobre sal
de plata y gelatina por milenios, Madre] y el líder
sobrevuela siete décadas de la identificación
de su mandíbula en los foros y las aptitudes
disfrazando su no todo es tan fácil: no son todo
bases en la Luna ni explosiones árticas
o antárticas. Ahora puedes hacer mímicas subvencionadas,
ripios o recortes humorísticos sin poca gracia,
pero el Blanco no conseguirá salvarse de ser Blanco
ni el hermano de la asfixia de una lengua sólida
como el veneno o los eslóganes. Es lo que pienso.
Brevemente. No quisiera darle menos vueltas ni engañar
a nadie con mis armas de matar que son prosodias
y sinónimos de una legaña líquida, sin costra,
sin cuajar e igual al asco emulsionado al Sol.


miércoles, 5 de diciembre de 2012

LA PRINCESA ESTÁ EN OTRO CASTILLO

Sonreir la papeleta como un mustang
los abrevaderos a las puertas del Saloon. Sé
de lo qué hablo. He pronunciado el bosque negro
que se acerca tanto a las fronteras metafóricas
del tedio. Jódete, me bufa Buddha Boy, el pistolero
prístino que me he inventado para el duelo al Sol.
Van dos puñetazos en el aire y el tambor entero
del revólver glauco de las lágrimas [porque vivimos
para el necio arte del gimotear: ni un puto tiro
da en el blanco]. La pianola amartillaba el pergamino
bruto de los labios con blasfemias que no son diferentes
del humor que traigo a mi llegada... Pero mírate:
sonsácale a tu médula los algoritmos que hacen píxeles
con la decencia de los héroes hoy en día
y dime [atrévete a decirme] que no tengo la razón.

martes, 4 de diciembre de 2012

VIGILANTE

 a Raúl Quinto
Cada noche, esta brutalidad de mis sintagmas.
Despeñarse de los bancos de los parques
[su madera cruje en la refriega del morreo, cálida
desdicha del sostén de hacer gimnasia] hasta los ecos
como taquicardias percutiendo lo voraz del nudo.
No pondré remedio. Escribiré mi sangre a rítmicas
de escarcha. Estará bien. Seré un murciélago
[la claridad, para cobardes y supersticiosos].
Pensaré la chica aquí, sentado aquí de nuevo.
¿Cómo era su nombre? Mucho me sorpendería
que ella adivinase el mío por debajo de la máscara.
Seguir siendo adolescente, enfierecido apache
o pura roca de las sintonías para abrir la luna.
¿Qué retengo desde mi cruzada contra el crimen
de la vida y vuestras catatónicas esvásticas?
Seré un murciélago. Soy lo peor. Haré que extrañe
y cribaré los parques cada noche, tatuando
el fin con su facilidad perpetua [lo peor] o suficiente.

lunes, 3 de diciembre de 2012

LAS COLINAS TIENEN OJOS

Hombres que he aprendido a perdonar. Los hombres
del plausible fosco. La lealtad. El humo
y la enhebrada aguja de los tiempos concretándose
en prodigios de viga de acero sorprendente. Llámame,
si quieres, un sentimental. Juego con hachas. Les
veré venir y tengo el hambre del qué acecha
una furtiva redención por otros [el poema
sirve para poco más que dar medida del silencio].
Que aquí ocurren las borrachas reincidencias. Son
como los diecisiete años de mostaza y napalm
en el rostro de estos hombres que se suman uno,
la improvisación de lo destructo cuando ya
me pertenece. ¿Porque vivo? O porque no.
No es lo que cuenta el eslabón de las masacres
y hago propio con el cráneo
de los hombres que he aprendido a perdonar.