miércoles, 12 de diciembre de 2012

EL DIOS DE LA GENTE QUE ODIO

El Dios de la gente que odio es caverna
y puntuación. Extracto, más que destruido.
Instante que revuela el celo de las alimañas.
Por entonces gime el acto irrevocable
del hacerme a ti en una pura ecuación de rock
n' roll y abismo [nunca supe hacerte a mi]
como las broncas de los hórridos discípulos
que acudían a buscarte al instituto
y la camiseta de tu novio goth en liza
frente a mi katana sísmica que no quisiste hurgar.
Me jodan. Toca hacer memoria y tiroteo
porque en estos versos son sinónimos
y, en cierto modo, te guardo cariño [aún
sin tener ninguna idea de lo que habrá sido
tu vida desde ahí] lo suficiente para simular
que vas a leerme esto y que sabrás reconocerte
bajo los estratos de muchachas y muchachos
contra los que edifiqué mi vida y sigo ahí.


No hay comentarios:

Publicar un comentario