martes, 16 de abril de 2013

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Enfermos de palabra y soportales. Carpetovetónicos
del siglo por venir [que nunca venga: nos acurruquemos
en progresos legendarios de pelaje mientras
los significados hacen mellas hasta el tuétano].
Saludaremos. Alzaremos nueces y costumbres
de fumar desnudos en alféizares de la mediana edad.
Imaginando el equipaje mínimo [sostén, la falda,
blusas] de mujeres demasiado a punto de partir
de este poema. Todo pertenece a algo menos yo.
Pues bien, muñeca. Te permitiré unas líneas.
Transcurrido el alba se te estampará el carmín
contra el retrovisor como en el rock de los noventa.
Por ahora, sálvame de ser real, de rendir cuentas
[de venir] y de escribir el verso último que encierre
[lo que te diría sólo sirve como rima, adolescencia]
tu cariño igual que la dolida, intermitente, piel del quiste.


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