viernes, 22 de febrero de 2013

LA MEMORIA ES MORTAL

Los imbéciles resudan arte, ciegos pasos,
combustión; tú me dijiste el interregno,
me broté en el césped y otras dieciséis
metamorfosis como las carreras de los dioses
y las hijas de los despiadados. Pero nunca
[y este es el problema] te toqué.
¿De amor? ¡Ven, anda, y que me des!
Yo canto a la cariada solución del mudo
marmotreto incandescente, pienso en Billie Hollyday
bajo versión de Gamoneda [aquel poema
que dijiste que ha sufrido] por quedarse atrás...
Existe una matanza más cercana que los nombres
[que no duelen] o los póstumos: a ellos
me refiero, decididamente, por imbéciles
y aguanto, que la broma pueda prosperar.

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