martes, 19 de febrero de 2013

IMPERIUM

Tomas Stearns Eliot, tibio borriquito... La mudanza
pende de una viga de tremendo roble
y nuestros bombarderos silogísticos le ponen precio.
Un párvulo grabado en el estuco... Los setenta palos
encamados que este santo hikkomori fue y pronosticaba
antes de pasmos... Dios [listen to me]: borré mis pobres méritos
para vivir en la columna a pata coja y los jaguares a mi pie.
Meándoles a veces en la boca como una devoración adversa,
nos saciamos del apto cubículo los unos a los otros...
Si quieres hozar en el amor del surrealismo, a mí no me preguntes:
todo lo que escribo tiene su correspondencia exacta con la cifra
apologética del gesto; no me soluciona nada
[¿les puedo escupir?] mas qué distante que es el Mundo
si nadie le nutre con la torva precisión de los desdichos...
Los tangibles lánguidos, sobrantes, suspensivos... Guerra, pues.





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